La 3ª parte de los post dedicados a los Primarcas, va a darle su hueco al Primarca de la Guardia del Cuervo, Corax. Ésta es la legión 19 creada por el Emperador.
Los escáneres orbitales descubrieron una única Ciudad Colmena de proporciones enormes, pero sin defensas de ningún tipo. Equipos de investigación liderados por el propio Emperador aterrizaron para descubrir habitantes humanos y artefactos de la Era Oscura de la Tecnología. Las máquinas no eran empleadas por los nativos, que vivían en comunidades tribales al pie de las gran pirámide. Las comunicaciones iniciales con los lugareños proporcionaron la historia reciente del planeta a los investigadores. De acuerdo con esas historias, el planeta se había librado recientemente de la dominación de los habitantes de la Ciudad Colmena, que empleaban a las tribus como mano de obra esclava.
Los pueblos que vivían alrededor de la gran ciudad habían sufrido semejante estado durante siglos, hasta que el jefe de una de las tribus, Corax, las unió alzándolas en rebeldía. Entraron en masa en la Ciudad Colmena, rompiendo sus grilletes y empleando lanzas y espadas contra las armas láser de los defensores. Diez mil guerreros murieron en el ataque inicial, pero mientras seguían su avance hacia los pisos superiores de la ciudad, consiguieron destruir la grandiosa planta de energía que proporcionaba abastecimiento a todos los niveles. Con las salas a oscuras, y su munición escasa, los defensores cayeron mientras los tribales los cazaban por las calles y salones a oscuras. Los mejores soldados de la ciudad se refugiaron en las esferas más altas de la ciudad. La victoria pareció decantarse hacia los insurrectos hasta que comenzó un bombardeo vírico de los niveles más bajos de la ciudad.
Los antiguos esclavos murieron por centenares, sin medios para defenderse de la enfermedad. Con el ataque detenido por la plaga, los nativos hicieron lo que pudieron para defender lo que habían conquistado mientras los defensores de la ciudad contraatacaban por primera vez en meses. Su victoria tan cercana parecía condenada, mientras los esclavos liberados, enfermos y desmoralizados, eran aniquilados por las tropas de refresco. Una fuerza expedicionaria salió de la ciudad y masacró a las mujeres y niños que estaban en los campamentos cuidando a los heridos.
Entre estos muertos estaban Felinon y Tigrissa, los viejos padres adoptivos del Jefe Corax. El mensajero temblaba mientras relataba tal noticia al gigantesco líder de los rebeldes, pero no tenía por qué haber sentido miedo. Con el rostro pálido, Corax estuvo un rato mirando al vacío, y luego con movimientos bruscos se acercó a su estante de armas. Cogiendo sus jabalinas y su espada, abandonó la estancia. Los centinelas fueron los últimos en verle mientras desaparecía por los desiertos corredores de la Ciudad Colmena.
Con la marcha de Corax, los demás jefes no estaban seguros de lo que hacer. Enviaron exploradores para localizar a sus enemigos, y fueron estos los primeros en ver las señales de la masacre. En la oscuridad de las salas se encontraron con el primer destacamento de las fuerzas de la ciudad, desmembrados por una fuerza inimaginable. Éste fue el primer acto de lo que las tribus llamaron La Venganza.
Corax, ciego de furia por las muertes de su familia y su pueblo, comenzó una guerra de un solo hombre contra la Ciudad. Acechó en las avenidas en silencio, descendiendo de los pozos de ventilación para masacrar a todos los hombres con los que se cruzaba. Batallones enteros cayeron ante su espada mientras ascendía más y más por la ciudad llevando la muerte a todas partes. Los exploradores lo siguieron hacia lo alto de la cúpula y fueron ellos los que contaron con detalle su batalla final. Como una fuerza de la Naturaleza Corax se abrió camino por entre la élite de los guerreros de la ciudad para enfrentarse al gobernante de la ciudad, Lord Cortez. Con sus guardaespaldas muertos o huidos, estaba atrapado en sus propias habitaciones. Los exploradores llegaron a las grandes puertas dobles a tiempo para escuchar el último intercambio de palabras entre los dos. Cortez se encontraba apuntando una pistola láser al pecho del jefe tribal cuando los exploradores entraron. Antes de que pudiesen actuar, el cruel líder le disparó en pleno pecho. La lanza luminosa le impactó en el centro de su cuerpo, quemando un brillante agujero a través de él. Pero Corax no cayó. Cubierto de heridas por sus batallas a lo largo y ancho de la Ciudad Colmena, miró a los ojos a Cortez y dijo: 'La venganza no termina con la muerte'. Los ojos del dictador se abrieron de par en par cuando el brazo del Primarca se alzó y cayó de nuevo para decapitarlo limpiamente. Permaneció mirando el cuerpo durante un instante, y entonces se volvió con los ojos en blanco, caminando fuera de la habitación. Cuando sus guerreros intentaron seguirle, no encontraron ninguna pista del lugar al que podía haber ido. Los exploradores regresaron ante sus jefes y les contaron lo que había ocurrido, y que la guerra había terminado.
De Corax no había ni rastro. No se había reunido con su gente, si no que parecía haberse internado en la jungla. Los jefes declararon maldita la ciudad y nadie excepto los más valientes o locos se atrevían a vivir en su nivel inferior. La gente creía que las partes altas de la ciudad estaban encantadas por el derramamiento de sangre que se había producido y por el mal que allí había vivido. Sin embargo nadie podía decir qué había sido del gran guerrero que había purgado la ciudad de su mal, aunque muchos creyeron que había muerto finalmente por la terrible herida que Cortez le había infligido. Otros decían que su corazón ya estaba roto por la muerte de su familia, y que había abandonado el mundo de los hombres para vagar con los espíritus de la jungla.
Los investigadores informaron al Emperador de que tales hechos habían ocurrido probablemente en los últimos diez años estándar. Sintiendo curiosidad sobre este jefe perdido Corax, y quizás presintiendo su verdadera naturaleza, el Emperador ordenó una búsqueda masiva. Los nativos, aunque suspicaces por el despliegue tecnológico de la fuerzas Imperiales, los condujeron al lugar donde su familia había sido asesinada. Era el único lugar que se les ocurría para empezar a buscar.
Contra el consejo de sus ayudantes, el Emperador buscó en solitario por toda la zona de selva que según los tribales había sido el hogar del gran Jefe. Fue allí, entre los humeantes claros de la jungla, donde una lanza se clavó a escasos centímetros de la cabeza del Emperador.
Completamente quieto, el Emperador observó los árboles con sus penetrantes ojos, pero su atacante permanecía oculto. Repentinamente una rama se partió a sus espaldas. Girándose bruscamente, vio una figura humana gigantesca, de pelo color cuervo, con una basta espada en su mano. El Emperador reconoció a su hijo, pero antes de que pudiese hablar el bárbaro se abalanzó sobre él. Incapaz de hacer otra cosa, el Emperador golpeó con su mente, despedazando la espada que llevaba su atacante. Los ojos del Primarca se abrieron como platos y cayó de rodillas.
Como un poseído, el impredecible Primarca comenzó a hablar como si hubiese caído en trance. Suplicó el perdón del Emperador, diciéndole que había tenido visiones en las que se le había anunciado su llegada. Explicó que un espíritu le había hablado, anunciándole que llegaría un gran pájaro del cielo, con el poder de matar con la mirada. Dijo que era el poder del sol, de las estrellas y de todo el cielo. Que entonces se lo llevaría al mundo de los espíritus, donde se uniría a su familia, su verdadera familia.
Allí, en el bosque, el Emperador perdonó a su hijo por el ataque y le explicó sus verdaderos orígenes. Corax acompañó a su creador de vuelta a la gran nave que orbitaba sobre el planeta. En Deliverance quedaron muchos misioneros y predicadores que ayudarían a reconstruir la infraestructura y educación del populacho. Corax recibió más tarde el mando de la 19ª Legión de Marines Espaciales, que fue llamada la Guardia del Cuervo.
Reglas Especiales: coraje, atacar y huir, asalto rabioso, guerrero eterno.
- Garras de Corax: forjadas por sus mejores tecnomarines, éstas garras se dicen que fueron creadas con adamantium. Corax repite todas las tiradas falladas para impactar y herir en cuerpo a cuerpo. Además, son un par de cuchillas relámpago normales (y tienen la regla especial ataques acerados).
- Armadura del Cuervo: Corax es inmune a las armas de fusión enemigas. Además, las armas que ignoren armadura (armas de energía, puños de combate, etc) pierden ésta regla ante Corax y la unidad en la que se encuentre.
- Alas de la noche: Se considera que lleva retrorreactor. Además, Corax y la unidad en la que se encuentre, podrán asaltar hasta 30 cm en la fase de asalto.
- Atributos: HA7 HP6 F6 R5 H4 I7 A5 Ld10 Salvación 2+ / 4+ invulnerable. Puntos 350
Hasta aquí el post dedicado a Corax y a la Guardia del Cuervo. Espero que os haya gustado.
Buenas!
ResponderEliminarjuego con vainillas azules pero con Kayvaan Shrike de capitán, que dá la regla veloces a todo el ejercito e infiltración a su unidad, y sus garras son de precisión y aceradas (xa los vehículos)
por lo que a el señor Corax, le pondria también aceradas a sus cuchillas, y las reglas de Kayvaan mas la de exploradores a todas las unidades de ataque rapido y linea
¿qué te parece?
un post muy chulo
un saludo
Hola Lord Mikal.
ResponderEliminarLa verdad es que es algo que pasé por alto, y voy a añadir ahora, jeje.
Me alegro mucho de que te guste el post =)