Lobos Espaciales VS Eldars Oscuros.

Palabras del Colmillo Largo Koaulus Penumbrus, tras la batalla de la defensa planetaria, en el Sol Rojizo.

Mientras recuperábamos el aliento de la pérdida sufrida tras el largo encuentro con esa resistente fuerza Tau, embarcábamos en la Thunderhawk rumbo a un destino incierto, que ni tan siquiera un sabio sacerdote rúnico de los que nos acompañaban, podría llegar a pedrecir, incluso a imaginar.

Tras varias horas de viaje, en las que parecía que por fin encontraíamos la paz y el descanso necesario, un mensaje desde la cabina del crucero, nos hizo temer lo peor: - Sabemos que no es un buen momento hermanos, pero el deber de defender al Emperador nos requiere una vez más. Una colonia de sistema de Cadia ha solicitado nuestra ayuda, tras los ataques de varios cazas estelares Eldars Oscuros. Mientras llegan refuerzos, debemos impedir la conquista del planeta. Por Russ y el Emperador.

Como nuestras armas pesadas y ligeras estaban descargadas tras la anterior batalla, los Guardias del Lobo allí presentes nos abrieron las compuertas de la zona de armamento, para rellenar los huecos vacíos de nuestras armas, a la vez que nos animaban a combatir con todas nuestras fuerzas. Todo ésto ocurría mientras la Thunderhawk nos llevaba hacia el lugar donde teníamos orden de aterrizar.

Una vez en tierra, nuestros Sacerdotes Rúnicos hicieron una especie de ritual, en honor de Russ, quizá para intentar saber que ocurriría. Sus sospechas de que el mal no nos iba a dejar escapar de ese lugar, fueron más que ciertas. Varios Guardias del Lobo se quedaron confesándose con uno de los Sacerdotes Rúnicos, mientras nosotros tomábamos posiciones. La zona a nuestro favor, estaba bastante apetecible, para cualquier unidad con ganas de disparar a larga distancia. Mientras las otras unidades de Colmillos Largos tomaban posiciones tras las piedras, nosotros nos encargamos de la zona izquierda, ajustando nuestra punta de lanza. Los Rhinos se escondieron detrás de un edificio central, en el cuál se encontraban unos pocos guerreros cadianos, ocultos en el segundo piso. A nuestro lado quedaba su transporte, algo tocado por los impactor recibidos. Según los informes, en la parte opuesta a nuestra punta de lanza, quedó un comisario, secuestrado por los Eldars Oscuros, esperando que le matasen, antes de que le esclavizaran en una de sus naves.

De pronto, casi sin que pudiéramos reaccionar, un golpe de viento templado, nos hizo tomar visión de lo que nos venían encima. Muchos Eldars Oscuros en aeropatines y una unidad de motocicletas, tapadas por una unidad de Brujas, se dirigían a nosotros. Aunque tras ellos, quedaban sus apoyos pesados, llevando consigo varios Cazas Estiletes, escoltados por 2 Incursores, que pocos hubiesen acertado qué contenían en su interior. Dado que eran muchos los individuos que ocupaban el cuadrante de su zona de llegada, tubimos la idea de mover nuestras opciones, incluso antes de que semejantes seres nos atacasen, con esa velocidad imparable que les caracteriza.

Una explosión en la atmósfera hizo temer lo peor para nosotros, pensando incluso que era posible que llegasen más de éstos seres oscuros. Nada más lejos de la realidad. Casi sin tiempo de reacción, los Eldars Oscuros vieron cómo caía en sus propias narices una cápsula de desembarco, llena de guerreros de élite de los Lobos Espaciales; como un meteorito, cayó y se quedó cerca de la zona donde se encontraba secuestrado el Comisario cadiano. Unos Guardias del Lobo capaces de llegar y sembrar la duda en el enemigo, sobre todo cuando tras su aparición, uno de esos estiletes gravíticos cayó al suelo, dejandándonos pasmados a nosotros, que estábamos a poco más de un kilómetro del lugar. Fue nuestro momento, aunque no conseguimos crear grandes bajas, pues su fuerza de defensa era realmente inmensa. Quizá ésto fue lo que hizo despertar la ira de semejantes seres venidos de tan lejano mundo. Sus motos sobrevolaron a los Guardianes del Lobo, que aguantaron el tipo ante las cadenas de las motos, que aún así, consiguieron llevarse unos cuántos guardianes; pero la carga de las Brujas les hizo desaparecer del mapa. Los incursores se acercaron al edificio central, intentando que los cadianos en su interior, no escapasen con vida. Infernales y Brujas avanzaron hasta lo que pudieron, pero sin poder cargarnos. Los estiletes, que habían visto caer a su compañero, habrieron fuego a nuestros compañeros colmillos, en las rocas. También sacaron pecho ante el diluvio de fuego enemigo.

Fue una gerra sin tregua, igualada por todas partes, desde las zonas de llegada, hasta los recovecos más insignificantes. Las motos que con sus cadenas habían sembrado terror, aguantaron un poco los disparos de los Cazadores Grises que, tras esa ronda a distancia, cargaron y terminaron con esos vehículos voladores. La unidad de Cazadores del flanco izquierdo, hizo un vano esfuerzo de acabar con los Infernales que, movidos por una gran audacia, en poco tiempo acabaron con los valientes cazadores. Una de los combates que nos dió una luz de esperanza fue cuando nuestros Cazadores Grises guiados por un Sacerdote Rúnico, fueron decididos a por el Arconte y sus Íncubos, ya que, de no ser por ésta valiente acción, nos habrían comido mucho terreno. Casi sin reaccionar, cayeron los Íncubos y su líder Arconte, por parte de una astucia guiada paso a paso del rúnico y sus cazadores. Tras éstos golpes entre bandos, la unidad de Lobos Espaciales fue a parar a los Infernales que estaban destruyendo todo lo que encontraban a su paso. Por el flanco derecho, cayeron los otros estiletes, mientras los cazadores de esa zona, iban decicidos a salvar al comisario, hasta que las brujas acabaron con todos ellos, antes de que sacasen sus pistolas bolter.

Poco quedaba para terminar ésta entretenida guerra espacial, tras los acontecimientos ocurridos anteriormente. En pie, quedaba nuestra unidad de colmillos casi al completo, un rhino inmovilizado que aguantó lo suyo, siempre cerca del centro del campo de batalla, unos infernales que vinieron a nosotros, el incursor del arconte. Las brujas que acababan de matar al rúnico de esa zona fueron a intentar por última vez, acabar con ésa cápsula, que estaba tan cerca del comisario, que éste aún tenía esperanzas de salir con vida. Pero la cápsula no sólo aguantó a las brujas, sino también los disparos del incursor que estaba por la zona.

En el centro del campo de batalla, los cadianos habían quedado aislados, y nadie cerca de ellos que les ayudase o pudiese acabar con ellos. El transporte de los cadianos terminó de romperse tras tanto bombardeo cercano, en nuestro centro de despliegue. Como tras todo éste terror acontecido en un lugar que antes era admirado por su tranquilidad, quedaba poco que salvar, ambos compartíamos el objetivo que se podía ocupar: el comisario cadiano. Por lo cuál, tras tanta muerte y destrucción, el resultado fue un empate que por poco no acaba por decidirse por uno o otro bando.

Quien iba a imaginar al inicio de la batalla, que los supervivientes de ambos bandos se podrían contrar con los dedos de las manos de 2 hombres. Menos vida que muerte en la batalla del sistema cadiano, que no olvidaran ni cadianos, ni eldars oscuros, ni nosotros. Pocas historias que contar tendremos si en un futuro, volvemos a enfrentarnos a éstos Eldars Oscuros, tan sedientos de cazar esclavos, como nosotros de salvar a la humanidad. Nuestra fe en el Emperador y en Leman Russ nos han echo sobrellevar una angustia interna, que jamás se reflejará en nuestras palabras, pero que quedará clavada en nuestras mentes.