Siempre que ocurren catástrofes como la que acabamos de vivir, pocos son los supervivientes. Ésta no ha sido una de esas batallas en las que te ordenan llegar a determinado planeta y conquistar tus objetivos, órdenes de los superiores generales del capítulo, llevando una estrategia llena de astucia.
Antes de llegar a éste destino que os cuento, habíamos terminado nuestra anterior misión de reconocimiento en un planeta donde decenas de Necrones habían invadido las ciudades. Tras acabar dicha batalla, organizamos un campamento, a la espera de que llegasen los refuerzos que nos sacarían del planeta.
Pero de pronto, vimos una luz cegadora de tales dimensiones, que cubría hasta donde nos alcanzaba la vista. Tras éste fogón luminoso, lo primero que supimos es que acababamos de llegar a un planeta con restos de otras batallas, guerras que no teníamos ni idea que habían existido. Gran parte de nuestro pelotón estaba en el planeta, mientras que a nosotros nos tenían retenidos en una especie de Thunderhuwk semi averiada, junto a los dos Land Speeders Tornado que nos habían acompañado también en nuestra anterior misión. Al rato, vimos que se encendió una luz rojiza, que iluminaba a intervalos toda la nave; dimos con las cápsulas que siempre habíamos llevado junto a nosotros, y nos pusimos en posición de ataque hacia el planeta, antes de que la nave explotase.
Nuestro Señor Lobo se levantó, supervisó la situación del planeta, y les dijo a los allí presentes: No estamos en el planeta que hemos liberado del ataque necrón. Si recordáis la luz que casi nos quema la vista, dicha luz fue provocada por una nave extraterreste, que nos ha traído hasta aquí. Aún no se el por qué, pero como siempre, mientras vivamos, tenemos que sobrevivir.
Cómo pensar que, a lo lejos, se hacercaba una horda tiránida sedienta de sangre humana, con una rabia como nunca antes habíamos visto a los hijos de la mente enjambre. Las órdenes del Señor Lobo fue que los Colmillos Largos ocupasen posiciones, los Cazadores Grises se esperasen en sus Rhinos por si tenían que contraatacar, mientras que él, montado en su montura de Lobo Trueno, se uniría a los cinco Lobos de Fenris que sobrevivieron a la anterior batalla. Una decisión que tubo como buen guerrero Lobo Espacial, fue ponerse junto a los Lobos de Fenris en primera línea de combate. A lo lejos, los Tiránidos se movían a una velocidad de infarto, ocupando las zonas del campo de batalla lo más rápido posible. Parecía que los Tiránidos querían recuperar ciertos objetos de valor, ya que las unidaddes de Termagantes se dirijiéron rápidamente a por dos de ellos. Cerca de nuestra zona de despliegue y del centro del campo de batalla, habían otros dos objetivos, decididos a su suerte.
A lo lejos, los dos Tervigones se ponían manos a la obra, sacando de su interior dos nuevas unidades de Termagantes. Tal grande fue el esfuerzo realizado, que ambos se quedaron sin fuerzas durante el resto de la batalla, para dar vida a más Termagantes. Las cuatro unidades de Termagantes, uno de los Tervigones y el Tirano de Enjambre, avanzaron a toda velocidad, con las ganas de desatar su rabia interna sobre los Lobos Espaciales. El otro Tervigón se quedó a guardar el objetivo que estaba en la zona de despliegue alienígena.
Los Cazadores Grises y los Colmillos Largos mantuvieron la posición, mientras el Señor Lobo avanzaba junto a la unidad de Lobos de Fenris. Unos cuantos disparos de lanzamisiles casi acaban con el Tervigón que quedaba a vista de los Colmillos Largos. Sintiendo la llamada de sus hermanos, llegaron la primera y la segunda unidad de Guardia del Lobo en un par de cápsulas, decididos a terminar con la marea tiránida. Las dos unidades más grandes de Termagantes calleron grácias al devastador fuego de los lanzallamas. Sin apenas tiempo para más, y con un turno que les noqueó exánimemente, los Tiránidos pasaron a atacar más aún, si era posible.
Viendo que sus hermanos de enjambre estaban aguantando el tipo, pero sufriendo, llegaron todos los refuerzos Tiránidos. Una monstruosa Espora Micética cayó en nuestra zona de despliegue. De ella se bajó un ser de lo más aterrador, que nos traería una maldición que no olvidaríamos jamás: Malantai.
Justo detrás de nuestro despliegue, apareció una unidad de criaturas enormes, con unos látigos tremendos como armas: los ya famosos Guerreros Tiránidos. Del edificio donde estaba la primera unidad de Colmillos Largos, aparecieron unos Genestelares que nunca habíamos visto (los informes nos dijeron que se trataban de Genestelares de Ymgarl), y que fueron decidios a terminar con la pobre unidad de Colmillos, que estaba en lo alto del edificio; en pocos segundos, los Marines Espaciales calleron presos de los enrabietados Genestelares. Y, para rematar la faena, de repente se escuchó un temblor del suelo tan grande, que parecía que las fauces de la ira de Morkai caían sobre nosotros: un todopoderoso Mawloc que, antes de emerger del suelo, se llevó al agujero que acababa de crear a la segunda unidad de Colmillos Largos, dejando sólo a dos de nuestros hermanos ancianos con vida. El Tirano de Enjambre y el Tervigón que resistió mucho fuego (pero aún tenía fuerzas para caminar), cargaron a las dos unidades de los especialistas Guardias del Lobo, llevándoselos con sus afilados ataques, al infierno tiránido. Malantai usó sus super poderes monstruosos para acabar con cuatro Lobos de Fenris. Viendo lo ocurrido, el Señor Lobo se dió la vuelta para ayudar a sus desesperados hermanos.
Dejó al Lobo de Fenris que aún quedaba, suelto a su suerte, enviándolo hacia una de las unidades de Termagantes que habían ocupado el objetivo central. Él, mientras tanto, corrió sin cesar para llegar hasta esa deformidad tremenda que había arrasado a sus ancianos hermanos. Asaltó al Mawloc, acabando con él en un instante. Su astucia le llevó a acabar con semejante aberración. Del cielo, bajó un Land Speeder Tornado, pero su despliegue no salío como se esperaba, y apareció algo retirado de las unidades enemigas. De uno de los Rhinos bajaron sus diez ocupantes (unidad de Cazadores Grises), disparando un par de lanzallamas y todos sus bolteres a la unidad de Genestelares de Ymgarl, dejándo vivos unos cuatro. De otro de los Rhinos se bajaron otros Cazadores Grises, decididos a disparar y cargar a Malantai. Y el tercer Rhino fue a debilitar un poco a los Guerreros Tiránidos, hiriendo a uno de ellos.
A partir de todo ésto, El Tirano de Enjambre terminó con los Guardias del Lobo que le quedaban del anterior combate, los Guerreros Tiránidos se fueron a por el Señor Lobo (antes de que se dieran cuenta, el Señor Lobo los exterminó a todos). Ya entrada la batalla, logramos que por fin nuestra cápsula llegase al campo de batalla, con ganas de dar un vuelco a la situación, ya que en ese momento la batalla estaba muy a favor de los alienígenas Tiránidos. De la cápsula bajó nuestra unidad de Guardias del Lobo, dispuestos a vengar a nuestros hermanos caídos anteriormente contra el Tirano de Enjambre; vaciámos nuestros cargadores, destruyendo al líder del ejército Tiránido. El otro Land Speeder Tornado llegó, y fué a intentar acabar con una unidad de Termagantes que tenían ocupado otro objetivo, tras otro edificio; de éste ataque, sobrevivieron cinco de ellos, que no tuvieron más remedio que huir. El Tervigón que aún tenía ocupado un objetivo, disparó al otro Land Speeder Tornado para que no pudiese mover ni disparar. El otro Tervigón, con heridas de anteriores desparos nuestros, acabó callendo con los disparos de los Bolterers de Asalto de los Rhinos. Malantai disparó todas las armas que pudo para terminar con el Señor Lobo que tanto había hecho. Como cumplió con su saga de Matabestias, seguro que Leman Russ estará tan orgulloso de él que lo tendrá descansando junto a él.
Nosotros, tras acabar nuestro trabajo por esa zona, corrímos a intentar arrebatar el objetivo que aún guardaba el Tervigón; no conseguimos llegar a tiempo, pero el destino nos tenía reservada una sorpresa. La cápsula en la que habíamos llegado nosotros, se había dispersado hacia el objetivo y, grácias a ésto, el Tervigón no consiguió retener dicho objetivo. En nuestra zona de despliegue, Malantai consiguió acabar con uno de los Cazadores Grises de los dos que quedaban de esa unidad; el Cazador Gris solitario, consiguió en última instancia retener el objetivo de nuestra zona de despliegue.
Núnca antes habíamos conseguido enfrentarnos a un enemigo tan resistente y tan veloz. No entiendo cómo éstos seres son capaces de hacer tanto daño, sin importar el enemigo que tengan ante sí mísmos. No sienten remordimiento alguno. Ésto les lleva a arrasar todo a su paso.
Horas después, apareció una Thunderhawk que nos recogió a los supervivientes, y los cuerpos de algunos de los caídos en combate, como el Señor Lobo. Ésta noche tendrán todos su merecido funeral, a la altura de los mejores guerreros que ha tenído el capítulo de los Lobos Espaciales.
Palabras del Guardián del Lobo Dean´s Am, tras la batalla conocida como LA SORPRENDENTE BATALLA CONTRA LOS TYRANIDS.
Bonita historia. La leyenda de ese señor lobo nunca morirá
ResponderEliminarHa sido una partida de esas que siempre se recuerdan. Aunque el resultado final hubiese sido otro (cosa que estubo a punto de pasar) pensaría lo mismo.
ResponderEliminarEl Señor Lobo mantubo su honor todo lo que pudo, y más =)
con que flota enjambre lucharon
ResponderEliminarMi colega aún está en fase de pintura con los Tiránidos, por lo que no se decirte cuál acabará siendo la flota tiránida que sus minis representen.
ResponderEliminarDimelo ami yo tampoco lo se ya ire dejando imagenes de mis avances
ResponderEliminarLas veré en tu blog, jejeje.
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