El primer recuerdo de Konrad Curze (Primarca de los AMOS DE LA NOCHE) es de cuando cayó desde el cielo envuelto en una bola de luz sobre el nocturno planeta Nostramo. Su forma embrionaria impactó contra el denso paisaje urbano de Nostramo Quintus y atravesó kilómetros de estructuras urbanísticas y parte de la geosfera antes de detenerse cerca del núcleo líquido del planeta. Su descenso dejó una profunda cicatriz en el estrato de adamantio del planeta Nostramo. El cráter que había creado con su descenso fue sellado y contemplado con miedo y superstición.
Debido a la atmósfera cargada de polución, Nostramo era un planeta sin luz. El adamantio que recubría el planeta, principal exportación a los mundos vecinos, era la razón de la existencia de todas las fábricas que polucionaban la atmósfera y envenenaban el aire. La mayoría de los habitantes eran trabajadores del metal y vivían en la extrema pobreza, mientras que los ricos se enriquecían cada vez más y asesinaban a todo el que se atreviese a hacer peligrar el statu quo. El asesinato, el robo y la extorsión estaban a la orden del día. Al contrario que la mayoría de sus hermanos primarcas, Konrad Curze se hizo a sí mismo. Su instinto de supervivencia y su constitución de hierro le ayudaron a superar los rigores del aire polucionado de la ciudad de Nostramo Quintus. Pasó sus primeros años escondiéndose en las sombras de las calles y alimentándose de los animales salvajes que vagaban en jaurías por los distritos bajos de la ciudad. Su poder creció y se convirtió en un depredador cuya reputación aumentó rápidamente debido al miedo que producía su amenaza en la ciudadanía.
Uno de los hechos más conocidos de la vida de Konrad Curze es que sufría horrendas visiones. Pero en vez de ver todas las opciones que plantea el futuro, tal y como los Eldars aseguran que pueden hacer, a él solo se le presentaban imágenes de los más oscuros caminos que el futuro podía tomar. Algún suceso desconocido durante su madurez llevó a Curze a una espiral de persecuciones y asesinatos, casi siempre centrados en los elementos criminales de la sociedad de Nostramo. Durante el primer año, todos aquellos cuyas voces se alzaban para protestar empezaron a desaparecer. Los ciudadanos de Quintus cesaron en sus protestas inmediatamente. Los cuerpos de los asesinos más conocidos eran encontrados en la calle despedazados por un asesino invisible. Los cadáveres de los oficiales de la jerarquía aparecían colgados por sus pies desde las ventanas más altas. Se encontraron cuerpos desmembrados y con el estómago abierto para que su corrupción fuera expuesta al aire fétido de Nostramo. Para cuando terminó el año, el índice de criminalidad de Nostramo casi había desaparecido. La sociedad se había transformado y las consecuencias se sintieron en todo el planeta. Se impuso un toque de queda voluntario en Quintus y nadie permanecía en la calle después de la tarde. Las calles, antes bulliciosas durante la medianoche, permanecían ahora silenciosas como una cripta. Las madres decían a sus hijos que, si no se portaban bien, vendría a buscarlos el Acechante Nocturno.
LA GRAN CRUZADA:
El Emperador de la Humanidad había estado siguiendo la evolución de este mundo. Sus pobladores eran limpios y eficientes y trabajaban en pro de un bien común silenciosa y diligentemente. De noche, las calles estaban vacías y todo el planeta dormía. Gracias al séquito de escribas, sirvientes y ayudantes que acompañaron al Emperador en su primer paseo por Nostramo Quintus, existen detallados informes de lo que sucedió cuando se encontraron el Emperador y el Acechante Nocturno. La Delegación de la Luz (como fue denominada) entró a pie en la ciudad de Nostramo Quintus. La llovizna ácida cesó como si reconociera la presencia del Señor de la Humanidad. La brillante imagen del Salvador de la Humanidad hacía que sus ojos color azabache ardieran. Curiosamente, ningún ciudadano hizo ruido al paso de la delegación. En su informe posterior, el Capitán Lycius Mysander de los Ultramarines relataba que la actitud de los habitantes de aquel lugar se debía muy seguramente a que nunca antes habían visto la luz. De pronto, el Acechante Nocturno empezó a sufrir unas violentas convulsiones, se llevó las manos a los ojos como si pretendiera arrancárselos. El primarca empezó a gritar y cayó de rodillas. Sus asesores más cercanos se retiraron de su lado; este ataque era más fuerte que los que habían presenciado últimamente. Con una sonrisa benevolente, el Emperador se agachó y cubrió la cabeza del primarca con sus manos enguantaletadas. Sus gritos y lamentos se detuvieron, sus manos cayeron a los costados como muertas y su cuerpo dejó de temblar. El Emperador habló al primarca y la respuesta que este le dio resonó en toda la ciudad. Desde ese día, los ecos de estas palabras resuenan en el Imperium. "Que la paz sea contigo, Konrad Curze. He llegado y te llevaré conmigo a casa". "Ese no es mi nombre, padre. Soy el Acechante Nocturno y sé de sobra lo que pretendes de mí".
HEREJÍA DE HORUS:
Tras destruir Nostramo, el Acechante Nocturno empezó a escuchar las palabras del Caos. Ahora estaba peligrosamente trastornado y fue dejando por la galaxia un rastro de planetas devastados. Las atrocidades que los Amos de la Noche estaban llevando a cabo en nombre del Emperador eran horribles. Estos actos blasfemos y la violencia sin medida tenían el sello de los Amos de la Noche, cuya flota no frenaba su avance como si esto fuera a evitar el castigo que les aguardaba. Los guerreros de armaduras oscuras ralentizaron su orgía de destrucción para llevar a cabo premeditadas campañas de terror psicológico. Se convirtieron en carniceros del dolor y de la desesperación y se pasaban semanas sembrando el terror entre la población de un planeta y alimentando sus mayores miedos. El Acechante Nocturno había abandonado su cruzada en nombre del Emperador, a quien acusaba de hipócrita sin el coraje de reconocer que sus propias doctrinas eran igual de extremistas. Ahora, el primarca luchaba en nombre de la muerte y del miedo, convencido de que tendría éxito en su maligna empresa. El Acechante Nocturno cambió físicamente durante este tiempo; sus labios casi desaparecieron, su estructura muscular le hizo encorvarse y sus manos se transformaron en terroríficas garras. Asqueado por los grotescos actos de sus hijos, el Emperador requirió al Acechante Nocturno que se presentara ante él para que le diera explicaciones por los métodos utilizados por su legión. Pero, tan pronto como el edicto imperial vio la luz y la lenta pero poderosa mano de la justicia imperial comenzó a cerrarse sobre la legión de los Amos de la Noche, sucedió la traición más grande que nunca ha acontecido en el Imperio. Horus, primero entre los elegidos del Emperador, le traicionó y convirtió al Caos varias de las legiones de Marines Espaciales. La verdadera extensión de su traición no resultó evidente para el Emperador hasta que tuvieron lugar los hechos de Istvaan V. La misión de llevar ante la justicia a los Amos de la Noche se abandonó, puesto que el Imperio se vio envuelto en una cruenta guerra civil. El Acechante Nocturno no tardó en aliarse con Horus y, en este punto, se hizo evidente que todas las acusaciones vertidas contra los Amos de la Noche eran completamente ciertas. En poco tiempo, las filas de la que había sido su orgullosa legión se llenaron completamente de sádicos criminales y asesinos con poder para oprimir a quien quisieran gracias a la potente semilla genética de su primarca. En vez de servir al Caos, los Amos de la Noche se aprovecharon de él para llevar a cabo sus actos más inhumanos.
Tras la Herejía, continuaron sus incursiones por el Imperio y cambiaron los términos de las campañas estratégicas bien organizadas que llevaban a cabo antaño por campañas de muerte y destrucción sin sentido. La mano del Acechante Nocturno aún resultaba evidente en todas las acciones de su legión, pero era obvio (por grabaciones de aquella época) que las órdenes de batalla del primarca habían variado. Donde originalmente eran fríos y calculadores, los Amos de la Noche empezaron a atacar a objetivos cuya capacidad militar era mucho menor, lo que parecía evidenciar una desesperación autodestructiva en la legión. Parece posible pensar que el Acechante Nocturno supiera que el Emperador había ordenado que una asesina del templo Callidus acabase con su vida. La mitad de los asesinos Callidus existentes tenía la misión de localizar y destruir al primarca, con la esperanza de que los Amos de la Noche se desbandasen para siempre tras la muerte de su líder. Las últimas palabras del Acechante Nocturno son uno de los grandes enigmas de la historia imperial.
Veamos ahora cómo podría ser El Acechante Nocturno en W40K:
PUNTOS: 400. HA7 HP7 F7 R6 H3 A3 Ld10 Salvación 3+ Invulnerable.
REGLAS ESPECIALES: coraje, personaje independiente, enemigos predilectos, asalto rabioso, psíquico.
- Alas del Caos: Poder Psíquico. Al inicio de cada turno propio, podrá usar el poder si supera un chequeo psíquico. Si lo logra, moverá como si tuviese Retrorreactores, y ganará la habilidad Atacar y Huir, hasta el inicio de su próximo turno.
- Miedo Interior : A lo que más teme Konrad Curze en toda la galaxia, es a las Asesinas Callidus. Si el ejército rival lleva una Asesina Callidus, Konrad tendrá que superar un chequeo de liderazgo cada turno propio (ignorando la regla de coraje para ésta ocasión). Si lo falla, no podrá hacer nada en ese turno, y los impactos en cuerpo a cuerpo hacia él, serán automáticos.
- Rapidez Infernal: al incluir a Konrad en el ejército, los Rapaxes y las Motos del Caos pasan a ser unidades de línea (que podrán conseguir objetivos).
- Adeptos de las Sombras: Las unidades con al menos una miniatura a 40 cm del Acechante Nocturno, bajan su tirada de salvación en cobertura en un punto (si la tienen en ese momento de 4+, pasa a ser de 3+). Las unidades que se hallen en terreno despejado, tendrán una tirada de salvación de cobertura de 6+. Ésta regla especial se aplica también al propio Acechante Nocturno.
EQUIPO: granadas perforantes y de fragmentación, pistola bolter, servoarmadura.
- Espada Asesina: Se trata de un arma psíquica (podrá usar su poder aunque ya haya usado las Alas del Caos). Por cada miniatura que mate en cuerpo a cuerpo, sumará una Herida y un Ataque a su perfil (hasta un máximo de 10 en ambos casos).
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