Jaghatai Khan fue el Primarca de los Cicatrices Blancas.
Mundo natal: Mundus Planus, llamada Chogoris por sus habitantes, un planeta feudal, cubierto por óceanos azules y verdes estepas, pero con un clima riguroso.
Infancia: El Apócrifo de Skaros habla muy poco de los Cicatrices Blancas y, cuando los menciona, la información está exagerada debido al hecho de que todo lo que se dice en él proviene de los propios Cicatrices Blancas. Existe una leyenda que cuenta cómo el joven Primarca partió solo de la Tierra para explorar la galaxia por su cuenta, mientras que otra explica que fue raptado cuando era un bebé. Es probable que la verdad se encuentre en algún punto intermedio. Sea cual sea la verdadera historia, en el Liber Historica Vangelia está escrito que el Jaghatai Khan llegó a un planeta del Segmentum Pacificus denominado Mundus Planus por los cartógrafos imperiales, pero conocido por sus habitantes como Chogoris.
Fue, y sigue siendo, un mundo fértil, cubierto de grandes planicies verdes, excelsas montañas y océanos azul celeste, que durante la época de la Gran Cruzada había llegado al descubrimiento de la pólvora como último paso en la evolución tecnológica. En el Census Imperialis de aquel tiempo está registrado que el imperio chogoriano dominante estaba formado por una aristocracia que había conquistado la mayor parte del planeta mediante ejércitos bien equipados y muy disciplinados. Los jinetes acorazados y los grupos compactos de infantería habían ganado cada campaña que había organizado su gobernante, el Palatino.
La historia de los Cicatrices Blancas empieza con Jaghatai Khan, uno de los mayores estrategas de todos los tiempos. Se cree que uno de sus generales, llamado Ogedei, escribió, después de la desaparición del Primarca, el libro El Gran Khan de Quan Zhou, cuyas páginas han proporcionado a los historiadores imperiales la mejor crónica de su vida.
Las fuentes de información chogorianas también han dejado gran cantidad de escritos sobre las hazañas de Jaghatai Khan, a menudo salvajemente exageradas.
Al este del imperio del Palatino se extendían unas vastas estepas azotadas por el viento, conocidas como la Zona Vacía, en las que habitaban tribus salvajes de jinetes nómadas que habían vagado durante siglos por sus interminables planicies. Las tribus de las estepas vivían en tiendas y seguían un ciclo de migraciones estacionales desde los pastos de verano hasta los valles protegidos del invierno en las montañas del Khum Karta. Estas variopintas tribus de expertos jinetes y arqueros luchaban a menudo unas contra otras para hacerse con el control de las tierras de pasto ancestrales o, según la obra literaria de Ogedei, con el único objetivo de disfrutar de la batalla. Los ejércitos chogorianos no habían invadido nunca la Zona Vacía, dado que sus tierras secas y despobladas no tenían ningún interés para el Palatino. Sin embargo, los nobles chogorianos a menudo dirigían partidas de caza hacia las estepas y se llevaban a tribus enteras hacia el este como esclavos o capturaban a un único miembro de la tribu para perseguirlo por las montañas como deporte (existen muchos pasajes de El Gran Khan dedicados a la descripción de todas las atrocidades cometidas por los chogorianos; los rituales sangrientos y los sacrificios descritos en esas páginas han hecho pensar a muchos estudiosos imperiales que el imperio del Palatino podría haber adorado a los Dioses Oscuros).
La leyenda del Jaghatai Khan empezó cerca del río Quonon cuando Ong Khan, el líder de una pequeña tribu conocida como los Talskars, encontró al Primarca. Este creyó que el niño brillante era un regalo de los dioses, así que lo adoptó llamándolo Jaghatai. De Jaghatai se dijo que ya desde temprana edad poseía "fuego en los ojos", una palabra talskar para definir a un gran guerrero. También se decía de él que las tribus rivales odiaban al niño porque tenía la capacidad de ver más allá de las guerras constantes de las estepas.
Un pasaje muy curioso de El Gran Khan de Quan Zhou conocido como "La Orgía de Sangre" cuenta que, cuando Jaghatai aún era joven, un grupo de incursores de la tribu rival Kurayed mató a su padre adoptivo y a muchos de los hombres de Talskar en una aviesa emboscada. Jaghatai ya era por entonces el guerrero más poderoso de la tribu y lucía muchas cicatrices del valor, así que, cuando se dispuso a vengar las muertes, una multitud de guerreros se reunió a su alrededor para ayudarlo. Dirigió un ataque contra el poblado de los Kurayed y lo arrasó hasta no dejar piedra sobre piedra, matando a cada hombre, mujer y niño en una rabiosa masacre. Una vez Jaghatai se hubo cubierto con la sangre de sus enemigos, colgó la cabeza del jefe de lo alto de su tienda. Estos sucesos fueron transformando al Primarca en el hombre que estaba destinado a ser: un hombre de gran honor, lealtad y crueldad. Una vez satisfecho su honor con sangre, Jaghatai juró acabar con las guerras recíprocamente destructivas que afligían a su pueblo para unir a las tribus de la Zona Vacía y abandonar las luchas entre hermanos.
Tras su victoria, Jaghatai fue nombrado Khan de los Talskars y luchó en muchas batallas contra las partidas de caza chogorianas y contra otras tribus de las estepas. Cada tribu a la que vencía era absorbida por los Talskars y pasaba a formar parte de su ejército. Su talento militar y la mera fuerza de su personalidad le ganaron muchos seguidores y, en poco tiempo, el número de sus guerreros podía compararse con el de estrellas. Finalmente, formó un ejército conocido como el Mathuli, una palabra Talskar que significa "fuerza irresistible". Hizo obligatorio el servicio militar y juntó a guerreros de tribus diferentes en las mismas unidades para romper los lazos tribales y así conseguir inspirar lealtad hacia el ejército y, en consecuencia, hacia él. Incrementaba el rango de sus hombres basándose únicamente en su habilidad e infundía un sentimiento de objetivos comunes a todo aquel con el que hablaba.
Diez veranos más tarde, tras la victoria de Jaghatai contra los Kurayed, mientras el ejército se trasladaba a su campamento de invierno en las montañas, Jaghatai cayó al vacío cuando una extraña avalancha lo arrastró a él y a muchos más miles de metros montaña abajo. Tras lamentar la pérdida durante muchos días, la tribu siguió adelante. Pero, aunque la caída había causado la muerte de los otros miembros de la tribu, el Primarca había logrado sobrevivir. Según la historia chogoriana, una partida de caza dirigida por el único hijo del Palatino se encontró con un nómada herido en las profundidades de las montañas y empezó a perseguirlo por la nieve. No se sabe lo que ocurrió en los fríos valles de las montañas, pero el hecho es que todo lo que volvió a tierras chogorianas fue un único jinete horriblemente mutilado y atado a la silla con la cabeza del hijo del Palatino colgando del cuello. El hombre también llevaba un mensaje de Jaghatai: "El pueblo de las estepas ha dejado de ser tuyo".
Cuando las nieves se fundieron, el Palatino reunió a un ejército y marchó lleno de rabia hacia el oeste con el firme propósito de barrer a las tribus bárbaras de la superficie del planeta. Pero el Palatino subestimó la experiencia y la astucia de Jaghatai Khan. En el Valle de los Khanes, sobre la Llanura de Lon-Suen, los ejércitos del Palatino se enfrentaron a las fuerzas de Jaghatai. Se dice que la batalla duró un día y una noche.
Las tribus de las estepas lucharon como estaban acostumbradas a cazar: un círculo de jinetes rápidos como un relámpago coordinaba sus movimientos para acorralar a las presas, que ahora eran humanas. Al contrario que su enemigo, que portaba mallas de acero pesado, los Mathuli llevaban armaduras de cuero ligeras, que les ofrecían menor protección, pero una mayor movilidad.
Acostumbrado a que el combate cuerpo a cuerpo contra sus enemigos determinase su victoria, el ejército del Palatino no presentó ninguna dificultad para los jinetes del Khan y su incesante lluvia de flechas.
Aunque él y sus hombres se encontraban en una inferioridad numérica muy grande, Jaghatai fue mejor estratega, más previsor y mejor guerrero. El derrotado Palatino y su escolta apenas lograron atravesar el cerco mortal del Mathuli y huir a la capital del imperio. Los soldados que no consiguieron escapar fueron acuchillados casi sin excepción. Un superviviente de los chogorianos describió el lugar de la batalla como un océano de sangre. Todos los líderes tribales y los sacerdotes, los Videntes de las Tormentas, se reunieron tras la batalla y nombraron a Jaghatai "Gran Khan", es decir, Gobernador de Toda la Tierra.
Jaghatai Khan empezó entonces a invadir el reino del Palatino. Tres de sus ejércitos atrajeron al enemigo atacando ciudades en la frontera del imperio enemigo. Jaghatai y su general más hábil, Subedei, dirigieron otro ejército por una ruta secreta a través del desierto de Kuzil Quan, una región que se consideraba impenetrable. Saliendo como de la nada, el ejército de Jaghatai sorprendió a la guarnición del Palatino a las puertas de Kushaba y pasó por la espada a todos y cada uno de los soldados. Otras ciudades fueron cayendo rápidamente una tras otra y, según los historiadores chogorianos, los cadáveres cubrían los caminos como las piedras una cantera, los campos arrasados ardían y los pocos que escaparon a la matanza rezaban por ser liberados de la furia del Khan.
Durante los años que siguieron, el ejército de Jaghatai arrasó las tierras chogorianas venciendo a sus mejores ejércitos, penetrando en las ciudades amuralladas y eliminando a sus nobles. Las ciudades por las que pasaba el Jaghatai Khan tenían dos opciones: o rendirse o enfrentarse a la destrucción total. Nunca antes se habían presenciado un pillaje y un saqueo tan grandes. Algunos dicen que los miembros de la tribu, sedientos de sangre, acabaron con millones, aunque los contemporáneos de Jaghatai Khan aseguran que dichas cifras se exageraron mucho. A pesar de todo, lo que sí es cierto es que murieron muchos cientos de miles y la gente del imperio chogoriano llegó a creer que los "salvajes cara de demonio" eran en realidad demonios sobrenaturales que buscaban la venganza divina por los pecados del hombre. Al final, la invasión de Jaghatai alcanzó el bastión del Palatino, Cophasta, una espléndida y opulenta ciudad situada en la costa occidental. Jaghatai exigió la cabeza de su enemigo sobre una lanza a cambio de no arrasar la ciudad hasta no dejar piedra sobre piedra. Al cabo de una hora, un grupo de nobles le trajo lo que había pedido.
El poder del Khan se extendía ya de océano a océano, el imperio más grande que el planeta había conocido nunca, conquistado por un solo hombre en menos de veinte años. Aunque Jaghatai Khan dominaba una zona extensísima, él sabía que su pueblo no tenía intención de gobernar un reino tan grande. El nuevo imperio había surgido con el propósito de unificar las tribus y de vengarse de sus enemigos y no por el ansia de conquistar tierras. El poder absoluto descansaba sobre el Khan y sus generales y, aunque estaban bien organizadas militarmente, las tribus no tenían los conocimientos necesarios para gobernar poblaciones sedentarias.
El historiador Carpinus, que recopiló la historia detallada de la Gran Cruzada (el llamado Speculum Historiale), afirma que los ejércitos de Jaghatai concluyeron la destrucción del reino del Palatino justo seis meses antes de la llegada del Emperador a Chogoris. Cuando los dos hombres se encontraron, se dice que el Khan supo inmediatamente que acababa de conocer a quien representaba el ideal supremo por el que siempre había luchado, un hombre que podía unir a todas las estrellas del cielo. En su palacio de Quan Zhou y frente a todos sus generales, se arrodilló y juró lealtad eterna al Emperador. El Primarca recibió el mando de la 5ª Legión, que adoptó las largas cicatrices faciales de los miembros de la tribu de los Talskar, que van desde la frente hasta la barbilla, y cambió su nombre por el de Cicatrices Blancas. El Gran Khan ascendió a los cielos con el Emperador y legó su imperio a su general, Ogedei.
Muchos de los seguidores de Jaghatai decidieron unirse a su Khan y se transformaron en Marines Espaciales de la Legión.
Los Cicatrices Blancas participaron en algunas de las batallas más sangrientas de la Gran Cruzada y el rápido estilo de guerra relámpago que Jaghatai había utilizado en las estepas resultó igualmente efectivo en las batallas de pesadilla de mundos lejanos. Durante la Herejía de Horus, cuando el Imperio se escindió en una sangrienta guerra civil galáctica, los Cicatrices Blancas lucharon en docenas de mundos distintos y sus estandartes indican que la Legión ayudó a defender la Tierra y que luchó a las puertas del Palacio Imperial.
Jaghatai Khan luchó al lado de sus guerreros durante quizá setenta años más antes de su desaparición final en una región del espacio cercana al Torbellino. Tras la derrota de Horus, Jaghatai se impuso la misión de rescatar a los miembros de la tribu que los Eldars habían capturado en su ausencia, mientras se encontraba luchando en la Gran Cruzada. Los Cicatrices Blancas afirman que él y sus guerreros más valientes lucharon contra el líder de una de las asesinas Cábalas alienígenas y que fueron arrojados a la horrible dimensión que existe fuera del espacio y del tiempo para luchar contra los Eldars Oscuros por toda la eternidad. No se sabe exactamente cuánto hay de cierto en esta historia, pero es más que probable que la nave del Khan simplemente se perdiera en la disformidad, dado que el viaje por esta región del espacio es extremadamente peligroso.
Carácter: Leal y honorable, un brillante estratega y formidable guerrero, cualidades que combinaba con un comportamiento cruel y salvaje con sus enemigos.
Relación con los demás primarcas: Jaghatai Khan mantubo muy buena relación con el resto de sus hermanos primarcas. Aceptó el liderazgo de Horus sin rechistar, a pesar de su carácter, y tras la Herejía dió grandes muestras de amistad y gratitud con los primarcas supervivientes.
Influencia en su legión: Los Cicatrices Blancas tomaron de su primarca su forma de actuar, que a la vez la había tomado de los nómadas de Chogoris. Su especialidad son los ataques relámpagos y la movilidad. Además, son también conocidos por su forma de actuar un tanto impulsiva y salvaje, aunque militarmente bien organizada, y por la crueldad que muestran en numerosas ocasiones con los enemigos, tal como les enseñó el Khan.
JAGHATAI KHAN: 395 puntos. HA 7 HP7 F6 R6(7) H6 I8 A5 Ld10 Salvación 2+/3+ invulnerable.
REGLAS ESPECIALES: personaje independiente, , guerrero eterno, enemigos predilectos, coraje.
- Las siguientes reglas especiales las tiene él y todo el ejército: atacar y huir, exploradores, infiltración, veloces.
PODERES PSÍQUICOS:puede hacer hasta 3 chequeos psíquicos por turno.
- Ventolera abismal: se usa al inicio de los turnos enemigos.Todas las unidades enemigas en un radio de 60 cm, consideran todo el terreno como difícil y peligroso.
- Pegaso: se usa al inico de los turnos propios. Jaghatai Khan moverá como si estuviese montado en una moto a reacción. Éste poder también le afecta a cualquier unidad de motos Marines Espaciales que se una a Jaghatai.
- Liberación de Chogoris: se usa al inicio del turno propio. Hasta el final del mismo, Jaghatai Khan repetirá las tiradas de herir falladas de los disparos de su moto, y los ataques de cuerpo a cuerpo con su Lanza de Pegaso.
- Gran Vidente de las Tormentas: éste es el poder que Jaghatai usa sólo en ocasiones excepcionales, y como último recurso. El poder se puede usar al inicio de cualquier fase de asalto. Elige una unidad enemiga en combate cuerpo a cuerpo con Jaghatai. Dicha unidad tendrá que superar un chequeo de liderazgo (incluso si tiene coraje) con un -3. De fallarlo, su Habilidad en Armas, Resistencia, Iniciativa y Ataques bajan en 1 punto hasta el fin del combate.
EQUIPO: motocicleta de los Marines Espaciales (con 2 rifles de plasma acoplados), granadas perforantes y fragmentación, bombas de fusión, pistola bolter.
- Lanza del Pegaso: se trata de un arma psíquica, que además, hace que Jaghatai y la unidad que le acompañe gane asalto rabioso cuando asaltan.
- Armadura de la Tormenta: es una armadura artesanal, que además le da una salvación invulnerable de 3+.
- Talismán de Cola de Caballo: se trata de una capucha psíquica que puede dispersar poderes psíquicos hasta una distancia de 90 centímetros.
Gran resumen! Es importante darles a conocer el trasfondo a las nuevas generaciones y entradas como esta son las que el dia de mañana a un principiante le hagan picarle la curiosidad y busque mas informacion y posiblemente termine coleccionando un ejercito.
ResponderEliminar¡Y para ampliar los conocimientos de gente mas veterano como no!
Haces un trabajo estupendo en tu blog, me gustan especialmente los "¿Quien venceria?" que analizas entre personajes, felicidades por el blog.
Salud!
Muchísimas grácias E.G.R. Me encanta oir palabras así para seguir estando animado a la hora de crear post así.
ResponderEliminarEs cierto. Siempre pienso que cuando te gusta un ejército, te tiene que gustar también su trasfondo, no sólo como actúa en el tablero. Ésto hace que los nuevos jugadores eligan que ejército se asemeja más a ellos.
Lo de los duelos, es otra de las cosas que más me gusta hacer. Me alegro de que también te guste. Seguiré haciendo duelos, jejeje. Aunque a veces algunos no salen muy igualados, pero me gusta seguir haciéndolos =)
jejeje exacto eso mismo pienso yo!
ResponderEliminarDespues de todo, somos nuestras aficiones ¿No es asi?
Respecto a los duelos, puede ser que algunos no esten muy igualados, pero al menos lo comentas y analizas como le sacarian mejor partido a sus habilidades cada pj, es una forma estupenda de dar a conocerlos como personajes y como actuan sobre el tablero!
Un saludo!
Entiendo que al principio, uno piense en jugar con el ejército que mejor resultado le da, pero una vez juegas con el que más te guste, debe ser también por el trasofondo.
ResponderEliminarA mí es que me encanta hacer éste tipo de duelos. Está genial ver que pasaría en una partida si ambos personajes se enfrentasen ;)